01 abril 2008

EL BELLO INDIFERENTE, de Jean Cocteau

UNA PRODUCCIÓN DE ELKAFKA ESPACIO TEATRAL

Estreno: Sábado 19 de abril a las 19,30
Funciones: Los sábados de Abril, Mayo y Junio a las 19,30
Entrada General: $20.- Entrada con descuento: $ 15.- Con consumisión.

EL BELLO INDIFERENTE
de Jean Cocteau
Traducción: Vilma Rodríguez

Con: Susana Tale y Leandro Orellano
Diseño de Vestuario: Héctor Ferreira
Realización de Vestuario:
Diseño lumínico: Fernando Berreta
Diseño espacial: Francisco Civit
Diseño y realización escenográfica: Marina Apollonio
Diseño sonoro: Javier Cano
Coordinación de producción: Paula Travnik y Gabriel Cabrera
Asistencia de producción: Sonia Novello
Asistente de dirección: Rocío Reyna
Dirección: Francisco Civit


Jean Cocteau
Escritor, dramaturgo, actor, pintor y director cinematográfico francés.(1889-1963).
Hijo de una familia burguesa aficionada al arte y a la cultura, publicó su primer libro de poemas, La lámpara de Aladino (1909), a los diecinueve años de edad. Afincado en el barrio parisino de Montparnasse, trabó amistad con los artistas más significativos de la época. Escribió varias obras de teatro, como Antígona (1924) y Orfeo (1927), novelas, como Los niños terribles (1929) y La máquina infernal (1934). El bello indiferente (1940), la obra de teatro escrita para Edith Piaf y protagonizada por ella, tuvo gran éxito, y también ensayos, entre los que destaca Diario de un desconocido (1954). En 1932 estrenó su primera película, La sangre de un poeta, a la que siguieron La bella y la bestia (1946) y una recreación de Orfeo (1950). Por lo que se refiere a su actividad como pintor, cabe destacar los frescos del ayuntamiento de Menton y los de la capilla de Saint-Pierre en Villefranche-sur-Mer. La obra de Cocteau destaca por su falta de convencionalismo y por su gran versatilidad, e influyó poderosamente sobre otros autores.


Francisco Civit
Se formó actoralmente con Rubén Szuchmacher y Carlos Gandolfo. Como actor participó en las siguientes obras: Muerte de un viajante, de Arthur Miller, dirigida por Rubén Szuchmacher; Comunidad, dirigida por Carolina Adamovsy; ¿Cuántos muertos hacen una matanza?, con dirección de Horacio Banega; Enrique IV, de Luigi Pirandello, con dirección de Rubén Szuchmacher; Las Troyanas, con dirección de Rubén Szuchmacher; Bravo, de Juan José Saer, con dirección de Horacio Banega, nominada como Mejor Adaptación para los premios Teatro del Mundo; D-Esquicios, bajo la dirección de Carolina Adamovsky, Horacio Banega, Hamameus y Javier Rodríguez; Antes/Después, de Roland Schimmelpfennig, con dirección de Rubén Szuchmacher, entre otras. Como director trabajó en Paria, de August Strindberg y está montando Cenizas, de Samuel Beckett.
Es docente de iniciación teatral y nivel intermedio en el Elkafka Espacio Teatral

Susana Tale
Estudió actuación en la escuela de Raúl Serrano, con Pompeyo Audivert y Rubén Szuchmacher. Como actriz participó, entre otras, en las obras: Novela, de Matías Umpierrez; ¿Qué hicimos?; de Joel Pommerat, con dirección de Vilma Rodríguez; La Conjura Sveikas, (con dramaturgia propia y dirección de Jazmín García); Antes/Después, de Ronald Schimmelpfennig (semimontado) con dirección de Rubén Szuchmacher; y Cuerpos A banderados, con dirección y dramaturgia de Beatriz Catani (invitada al Festival Theater der Welt de Bonn, Alemania; Festival Internacional de Buenos Aires; Festival O Porto Alegre Em Cena, Brasil; Festival Du bist die welt de Viena, Austria). Dirigió Mosaico Griego.
Alumna del taller de escritura teatral dictado por Daniel Veronese y Alejandro Tantanian, su texto La Conjura Sveikas fue escogido por el Centro Cultural San Martín para el ciclo coproducciones 2002 y distinguido en el Certamen Nacional de dramaturgia de la Municipalidad de La Plata (año 2005). Tiempo atrás ellas también habían tropezado (sin estrenar) obtuvo mención del Fondo Nacional de las Artes en el Concurso de Obras inéditas del año 2004.
Es abogada, egresada de la Universidad Nacional de La Plata.

Leandro Orellano
Su últimos trabajos como actor fueron: Alto valle, escrita por Lautaro Vilo, y dirigida por Gonzalo Martínez, Circuitos para gente artificial, de Guillermo Arengo, La marea, de Mariano Pensotti, en el marco del Proyecto Cruce, en el Quinto Festival Internacional de Buenos Aires, Hablar amor ahora, de Carolina Balbi y A fondo, de Carolina Adamovsky, que formaron parte del proyecto Hay algo que me golpea, organizado por el Sexto Festival Internacional de Buenos Aires, Una pintura rupestre, de Percy Jimenez, y Cine, de Gonzalo Martinez
Como asistente de dirección trabajó en Informe demiurgo y La luz interior, de Carolina Balbi, Los demonios, de Gonzalo Martínez, Algo de ruido hace, de Romina Paula y Todos los miedos. No tomaras el nombre de Dios en vano, escrita por Mariana Chaud, y dirigida por Romina Paula.

Rocío Celeste Reyna (Asistente de Dirección).
Egresada de la Escuela Provincial de Teatro de la ciudad de Santa Fe y de la Lic. en Actuación (I.U.N.A).
Trabajo como actriz en Alguien de algún modo dirigida por Ciro Zorzoli y como asistente de dirección en Cuantos muertos hacen una matanza, dirigida por Horacio Banega.
Javier Cano
Héctor Ferreira
Sonia Novello



Críticas

8-05-08
El bello indiferente
Cuidadísimo trabajo de actuación y de dirección


En un marco de oscuridad casi absoluta algo asoma, difícil de discernir.La semipenumbra se abrirá muy lentamente, las luces de neón que provienen de la calle (ni serán de neón, ni habrá calle del otro lado de una no ventana) dibujarán al principio levemente a una mujer.El tiempo transcurre con lentitud. Las formas y los colores empiezan a configurarse con claridad.Es evidente que la mujer espera.El espacio por el que se desplaza es pequeño, insistentemente pequeño. Además, impersonal, con escasos objetos. Ella va de un sitio a otro como buscando algo. De la ventana al teléfono. De un tocadiscos a un libro. Pero lo que busca no está ahí.El público guarda distancia del dispositivo escenográfico y la perspectiva lo enmarca de manera evidente. Entre ella y nosotros hay un espacio vacío. Está sola en ese ínfimo lugar. Una de las puertas se abre como una esperanza. El ruido del ascensor parece inscribir promesas cada tanto que se frustran de manera sistemática.Termina humillándose ante el teléfono.Ya no es la mujer sino la propia espera la que se inscribe sobre la escena.Luego llega el objeto de su espera, de sus reproches. Pero sólo ella enuncia, lleva adelante la palabra. ¿Cómo es hablar frente a alguien que no escucha? ¿que no responde? ¿que no asume el lugar de la interacción?La puesta de El bello indiferente, es pequeña, como el espacio de la mujer pero cada pieza parece estar acertadamente en su lugar.Es cierto que esta obra aceptaría una interesantísima lectura desde el género. Pero prefiero eludirla para que no se pierda detrás de lecturas temáticas el cuidadísimo trabajo de actuación y de dirección que, en primer plano, nos proponen.
Mónica Berman

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena la obra. La actuación es descollante. La puesta en escena es genial. Felicitaciones

Anónimo dijo...

Susana: No vi la obra.
Hace 30 años que te amo.
N.O.

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