UNA PRODUCCION DE ELKAFKA ESPACIO TEATRAL
Estreno 16 de marzo de 2012
Estreno 16 de marzo de 2012
Viernes y Sábados 21:00
Reestreno 2013
Jueves 21hs
Reestreno 2013
Jueves 21hs
ESCANDINAVIA
Diseño Sonoro: Barbara Togander
Diseño de Iluminación: Gonzalo Córdova
Diseño de vestuario: Jorge Ferrari
Interpretación del movimiento: Graciela Schuster
Producción: Paula Travnik
Prensa: Débora Lachter
Fotos: Juan Travnik
Diseño Gráfico: Mariana Rovito
Asistente de dirección: Pehuén Gutiérrez
Dirección: Rubén Szuchmacher - Lautaro Vilo
Un hombre en un velorio despide a su hombre. Durante los últimos días previos a su muerte no hizo más que acompañarlo en el hospital, leyéndole una novela de supermercado. Unos minutos antes del deceso, el muerto expresa una incómoda voluntad. Esta última voluntad lo acompaña durante todo el velorio como un asunto pendiente.
Un hombre en un velorio despide a su hombre. Durante los últimos días previos a su muerte no hizo más que acompañarlo en el hospital, leyéndole una novela de supermercado. Unos minutos antes del deceso, el muerto expresa una incómoda voluntad. Esta última voluntad lo acompaña durante todo el velorio como un asunto pendiente.
Este espectáculo se estrenó el 23 de noviembre de 2011 en el Teatro Sergio Magaña, de México, DF. y luego en La Capilla, México, DF, http://teatrolacapilla.com/ en el marco del Ciclo Iberescena.
Dice Lautaro Vilo sobre ESCANDINAVIA:ESCANDINAVIA forma parte de una serie de textos teatrales de carácter unipersonal que he venido desarrollando hace unos años. En distintos formatos, bajo distintas ecuaciones escénicas, he recorrido las distintas posibilidades que brindaba un sólo cuerpo en el espacio. En este caso, me interesó tomar un momento en la vida de un personaje y una situación en la cuál el mismo es observado continuamente, seguido por la mirada del resto, recortado por obra de la circunstancia de todo lo demás: el viudo en un velorio. Depositario natural de la mirada de todos los asistentes al convite, portador de signos elocuentes para los asistentes en cada gesto, cada silencio, cada lágrima. Observado con curiosidad y pudor por todos los presentes porque su dolor es distinto a todos. El único que extraña desde la piel al cuerpo que yace. Que a partir de ahora ya no será más que un fantasma, una alusión, un recuerdo. Encontré que la misma comprensión de la situación lo transformaba ipso facto en un cuerpo que narraba con sólo estar en escena. Un cuerpo que tienta a la mirada. Como la hipótesis de trabajar con Rubén Szuchmacher como actor, a quién uno conoce tanto como director, que en el momento en que me pidió le escribiera un texto para actuar, no pude más de la curiosidad.
Dice Rubén Szuchmacher sobre ESCANDINAVIA:
ESCANDINAVIA es una nueva aventura teatral con Lautaro Vilo, con quien ya hicimos ENRIQUE IV, de Pirandello, en donde lo dirigí, y los montajes de LA GRACIA, de su propia autoría y de las versiones que hiciéramos juntos de REY LEAR, de Shakesperare y de HISTORIAS ABOMINABLES, a partir de textos de Bertolt Brecht en la ciudad de México. Si bien mi lugar habitual en el teatro viene siendo el del director, este montaje implica un cambio en el espacio escénico, aquí no estaré sino conceptualmente en el lugar del director sino en el del actor, ese lugar que ocupé hace muchos años y al que vuelvo de tanto en tanto sólo por razones muy íntimas. En el caso de ESCANDINAVIA es la necesidad de hacer algo con la tristeza que recorrió mi vida en estos últimos años. La actuación como medio para liberar algo para poder seguir adelante.
Notas y reportajes:
http://432magazine.blogspot.com/2012/02/escandinavia-cuando-se-confronta-la.html
Nota publicada en México el 13 de febrero de 2012
Nota publicada en México el 13 de febrero de 2012
Escandinavia: cuando se confronta la muerte del ser Amado
Dolor, desesperación, desolación, depresión son sentimientos que se conjugan de modo irreversible, cuando se muere el ser amado. Y esto es lo que experimenta el personaje de “Escandinavia”, un espectáculo unipersonal escrito por el argentino Lautaro Vilo, y que es interpretado de manera espléndida por Rubén Szuchamcher, montaje que participó en la 6ª Muestra de Artes Escénicas del año pasado, y que dará una función más el próximo miércoles 15 de febrero en el Teatro La Capilla.
Un escenario vacío, y el actor en un continuo vaivén de emociones, la contradicción y el desconcierto de perder lo que más se ama y al mismo tiempo, la imperiosa necesidad de poder proseguir adelante. La acción inicia, cuando el atribulado hombre se encuentra en el velorio, recibiendo los pésames y mentalmente piensa como resolver una serie de pendientes.
Una suave ironía recorre este texto que nos remite a la inevitable fugacidad de la vida terrena, y al mismo tiempo de la necesidad de gozar el fluir del presente, antes de que sea demasiado tarde. Un deseo imperioso de conjurar la tristeza a partir de la reconstrucción de los retazos de recuerdos, a modo de antídoto para continuar existiendo.
50 minutos bastan para que “Escandinavia” le mueva al espectador las fibras más íntimas, todos y todas hemos vivido la muerte intempestiva de alguien que amamos, y es uno de los instantes más difíciles de la existencia y no siempre se tiene el suficiente estoicismo. Szumacher sin mayores grandilocuencias, esto y más lo comunica con su actuación, donde gestualidad, lenguaje corporal y la fuerza de la dramaturgia de Vilo, se combinan de modo contundente.
“Escandinavia” es una obra muy recomendable.
Un escenario vacío, y el actor en un continuo vaivén de emociones, la contradicción y el desconcierto de perder lo que más se ama y al mismo tiempo, la imperiosa necesidad de poder proseguir adelante. La acción inicia, cuando el atribulado hombre se encuentra en el velorio, recibiendo los pésames y mentalmente piensa como resolver una serie de pendientes.
Una suave ironía recorre este texto que nos remite a la inevitable fugacidad de la vida terrena, y al mismo tiempo de la necesidad de gozar el fluir del presente, antes de que sea demasiado tarde. Un deseo imperioso de conjurar la tristeza a partir de la reconstrucción de los retazos de recuerdos, a modo de antídoto para continuar existiendo.
50 minutos bastan para que “Escandinavia” le mueva al espectador las fibras más íntimas, todos y todas hemos vivido la muerte intempestiva de alguien que amamos, y es uno de los instantes más difíciles de la existencia y no siempre se tiene el suficiente estoicismo. Szumacher sin mayores grandilocuencias, esto y más lo comunica con su actuación, donde gestualidad, lenguaje corporal y la fuerza de la dramaturgia de Vilo, se combinan de modo contundente.
“Escandinavia” es una obra muy recomendable.
Por Perla Schwartz
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